El cáncer es una de las principales causas de mortalidad de niñas, niños y adolescentes a nivel mundial, solo precedida por los mal llamados accidentes. Cada año se diagnostican alrededor de 400.000 casos en pacientes entre 0 y 19 años.
En nuestro continente se estima que al menos 29.000 niñas, niños y adolescentes menores de 19 años resultarán afectados por algún tipo de neoplasia al año, y cerca de 10.000 fallecerán a causa de esta enfermedad.
La incidencia de cáncer pediátrico en nuestro país es aproximadamente de 140 nuevos casos por cada 1 millón de niños entre 0 y 14 años por año, según datos del ROHA (Registro onco- pediátrico argentino).
El cáncer infantil comprende numerosos tipos de tumores distintos.
Los más frecuentes son la leucemia, el cáncer cerebral, el linfoma y los tumores sólidos como el neuroblastoma y el tumor de Wilms.
A diferencia de lo que sucede con la población adulta, el cáncer infantil no se puede prevenir ni detectar mediante estudios de pesquisa.
Mientras que en países de altos ingresos más de 80% de los niños con cáncer se curarán, la tasa de curación en muchos países de ingresos medianos y bajos es de aproximadamente 20%, como consecuencia de diagnósticos incorrectos o tardíos, dificultad para acceder a la atención sanitaria, abandono del tratamiento, muerte por toxicidad y mayores tasas de recidivas.
El día internacional del cáncer Infantil se proclamó en el año 2001 por la Organización Internacional de Cáncer Infantil, una red formada por 177 organizaciones nacionales de padres de niños con cáncer con presencia en 90 países en los 5 continentes, justamente con el objetivo de mejorar la accesibilidad al diagnóstico y tratamiento preciso y a tiempo, incluyendo atención psicológica, a todos los niños en el mundo y sensibilizar y concientizar sobre los desafíos a los que se enfrentan los niños con cáncer y sus familias.
El pronóstico y la evolución de los niños con cáncer depende tanto de un diagnóstico temprano, así como las medicinas esenciales asequibles.
Es por eso que la capacitación de todo el equipo de salud para la sospecha temprana y la derivación oportuna del paciente es fundamental, así como la implementación de políticas de salud que acompañen a los pacientes y sus familias durante todo el proceso de la enfermedad - Ley de Oncopediatría27.674, promulgada en junio de 2022-.
El símbolo del cáncer infantil es el lazo dorado, elegido en 1997 por un grupo de padres de niños con cáncer en Estados Unidos, para concientizar y movilizar más la atención, con el fin de minimizar las muertes y discapacidades debidas al cáncer infantil. Se eligió el dorado, el color del oro, ya que éste es un metal muy preciado; y como el oro, los niños son invaluables.
Además, el oro soporta el proceso en el que, mediante fuego, pasa a ser más fuerte y más resistente.
Los niños y adolescentes con cáncer experimentan un proceso similar, desarrollando resistencia al hacer frente a todos los retos difíciles y dolorosos del cáncer infantil. Desde entonces, el lazo dorado ha cruzado continentes y se ha utilizado en todo el mundo, comparando la fortaleza y resistencia de los niños con cáncer con el mismo oro.
La Secretaría de Promoción de la Salud del INSAP - Instituto de Investigación y Educación en Salud de la Agremiación Médica Platense se adhiere a las campañas para crear conciencia sobre el cáncer infantil y expresar el apoyo a los niños y adolescentes con cáncer, los supervivientes y sus familias.
"Comprometida con la promoción y protección de la salud y con la defensa del Trabajo Médico"